Profesora de Danza Contemporánea en la Licenciatura en Artes Escénicas Focalización Danza del IAMK
Sofía Mazza empezó a dar clases a los treinta años. “Me fui del ballet estable del Teatro San Martín, donde trabajé durante una década, y en la docencia encontré otra manera de seguir bailando”.
Uno de sus primeros maestros fue Freddy Romero, venezolano especialista en la técnica Graham. “Una técnica que se creó en los cincuenta, pero que todavía sigue vigente y que traje a la UNSAM”. Romero fue su “súpermaestro”. “Empecé bailando con él a los trece años, y me adoptó como su alumna preferida. Eso me puso en un lugar muy agradable: tener un maestro que te marque el camino está buenísimo”. De Romero recuerda la pasión y la inspiración. “Con él me enamoré de la danza. Su estudio se llenaba de bailarines y bailarinas mucho más grandes que yo. Descubrí un mundo que me fascinó”.
Hoy Mazza da clases en escuelas de formación de bailarines, volvió al Teatro San Martín para enseñar en el ballet y es profesora de Danza Contemporánea en la UNSAM. También sigue investigando. “Al principio creí que solo daba clases, pero en algún momento sentí que me convertía en maestra, que de pronto entendía la responsabilidad de enseñar”. Fue cuando empezó a sentirse más segura, con más voz. “Me bajó la ficha. La inspiración de mis maestros me ayudó a ser un puente de trasmisión”.
Mazza llegó a la UNSAM en 2013 de la mano de Oscar Araiz, otro de sus grandes referentes. “Un gran maestro en mi vida y también un gran coreógrafo, con el que bailé durante mucho tiempo”. Dar clases con él en la Universidad también fue importante. “Este lugar me encanta. Me parece bueno y justo que haya universidades con estas carreras. En mi época no existían espacios así”. Para ella, el ámbito universitario es estimulante. “Me gusta formar bailarines. Siempre tengo muy buena relación con ellxs, trato de hacer un seguimiento personalizado. Cada persona necesita cosas diferentes y me interesa estar atenta a eso. A veces es más técnico, como explicar la importancia de alinear la cabeza con el cuerpo, y otras tiene que ver con transmitir seguridad”.
Como docente, Mazza dice que también aprendió mucho de sí misma. “Enseñando se vuelve a pasar por el propio cuerpo y por las cosas aprendidas. Por eso cuestiono y me cuestiono mucho”. Para ella, los lenguajes cambian y es importante que la cabeza y el cuerpo también lo hagan. “La danza es movimiento, es una forma de vivir. Tiene que ver con mirar la vida desde un lugar danzado, con todo lo que eso implica”.
