Coordinación: Daniel Goldman, Carlos Rafael Ruta
La expresión “espiritualidad” tiene sus orígenes en una creación del latín cristiano
utilizada para traducir el término griego “pneumatikos” que encontramos en las antiguas
versiones de las cartas paulinas. A partir de allí el término expandirá su uso en tres
campos de sentido: religioso, filosófico y jurídico. En cualquier caso y más allá de sus
matices, un nucleo de lo allí significado ha estado siempre referido a un “estilo de vida”
que pone en el centro de su atención esa dimensión humana señalada bajo el concepto
(incluso difuso) de “espíritu”. Los planos implicados en este significado son múltiples y
complejos, tanto en perspectiva fenomenológica como histórica. Sin embargo,
corresponde reconocer, al menos, dos instancias decisivas para su significado: a) la
necesidad de un cuidado de sí que temple la tonalidad vital en sintonía con un sentido
que no se agote en la mediación material sin referencia a una totalidad que nos engloba
y trasciende; b) la implicancia inherente de procesos de comprensión que atañen a cada
persona, su comunidad, su entorno y su tierra. Es así que la Hermenéutica como teoría
de la comprensión ha visto en esta dimensión semántica y vital, denominada (incluso
difusamente) bajo el término “espiritualidad”, un campo privilegiado de estudio para
acercarse a la constitución de los “mundos de vida” desplegados desde sus vivencia y
sus culturas originarias. Desde este ángulo de visión su observación y análisis abarca
tanto sus concreciones religiosas como seculares. Aún cuando la Hermenéutica desde su
formulación en el siglo XIX se ha dedicado al estudio de los niveles de comprensión
que corresponden a esos modos de vida, la atención a esto mismo no es algo nuevo.
Desde la Academia platónica (para mencionar tan solo la tradición occidental) ha estado
presente la interrogación acerca de los caminos de acceso a los principios originarios de
la existencia humana y su traducción en estilos de vida. La universidad y los centros del
saber, ya desde sus orígenes, no ha sido ajenos a esta preocupación, incluso y sobre todo
en la génesis y el desarrollo de la ciencia moderna. Se gestaron allí nuevos estilos de
vida que tuvieron su raíz en una nueva manera de comprender la naturaleza y el mundo
social.
El Seminario Permanente de Hermenéutica y Espiritualidad pretende dar voz a estas experiencias en sus registros heterogeneos, para acercarse a sus modos diversos de “comprensión” de la existencia humana y sus desafíos.