A partir de la inquietud de un grupo de detenidos, algunos de ellos hoy recibidos de sociólogos, se creó el CUSAM mediante la firma de un convenio entre la UNSAM, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos PBA y el Servicio Penitenciario Bonaerense en el año 2008. El objetivo principal del Centro fue garantizar el derecho a la educación a quienes no habían tenido antes la oportunidad de estudiar una carrera universitaria. De ese modo, se buscaba en un segundo orden, morigerar la vulnerabilidad de quienes, aún antes de la cárcel, vivieron las peores consecuencias de la exclusión social y la violencia. Mediante la actividad académica y desde distintas intervenciones artísticas y culturales, se proponía aportar herramientas para habilitar un proceso de transformación social de los individuos y las instituciones.
En un Complejo Penitenciario construido sobre relleno sanitario, que recibe gran parte de los residuos de la ciudad de Buenos Aires, el CUSAM nació en la articulación con el área Reconquista, un entorno de los más golpeados por los efectos económicos y políticos de la crisis del 2001, atravesado por las experiencias de cooperativas de reciclaje, empresas recuperadas y organizaciones barriales. De inmediato comprendió que resultaba igualmente necesario incorporar a los trabajadores del servicio penitenciario en el proyecto. Así, el CUSAM abrió sus puertas a los agentes del SPB, quienes se sumaron a la cursada de Sociología y compartieron el aula y los estudios con los detenidos, desplazando la división entre “presos” y “guardias”. Esto se constituyó como una experiencia única en la región.
Al día de hoy, el CUSAM ha generado un compromiso y una articulación muy particular con el territorio del partido de General San Martín. Con especial orgullo trabajamos junto a los proyectos culturales y sociales que estudiantes han abierto en sus propios barrios tras recuperar su libertad, como una biblioteca popular en el barrio de La Carcova y un Centro Cultural y Deportivo en el barrio Sarmiento. El CUSAM también articula con diversas organizaciones sociales y la Escuela Secundaria Técnica de la UNSAM, lo que logró generar y potenciar un diálogo permanente entre las personas privadas de su libertad y la comunidad.